¿Qué es la competencia emprendedora?

¿ES POSIBLE DIFERENCIAR A UN EMPRENDEDOR DE QUIÉN NO LO ES?

La habilidad para descubrir y desarrollar oportunidades suele considerarse una de las características más importantes en el perfil de un emprendedor […]

¿ES POSIBLE ADQUIRIR ATRIBUTOS EMPRENDEDORES EN EDAD ADULTA?

La respuesta es sí y no; algunos sí, pero otros no. ¿Por qué? Porque algunos de los atributos relacionados con habilidades, actitudes y valores necesitan ser estimulados desde edades tempranas […]

¿EMPRENDIMIENTO: SER O NO SER?

El término “emprendimiento” se halla tan en boga que, con frecuencia, es empleado para designar cualquier actividad digna de atención; sea porque resulte simpática, guste mucho o produzca dinero […]

A casi nadie causa extrañeza oír: “Todos somos potencialmente emprendedores”. Esta frase sugiere que cualquier persona, en cualquier parte del planeta, puede ser emprendedora. De hecho, a partir de esta premisa puede entenderse la proliferación de cursos, programas y talleres que “forman emprendedores”.

¿Qué es un emprendedor? Los emprendedores constituyen uno de los grupos poblacionales más heterogéneos. En los últimos ochenta años han sido estudiados con intensidad. El impulso para tales investigaciones ha sido la creencia en que son diferentes del resto de las personas. En 1990 se mostró que los atributos del emprendedor están relacionados con el desempeño idóneo del emprendimiento. De allí que la atención del mundo académico se haya enfocado sobre cómo el desempeño de la iniciativa es influida por el emprendedor (Mitchell, Busenitz, Lant, McDougall, Morse y Smith, 2002).

Una persona puede identificar oportunidades y no hacer nada; es como si la oportunidad no estuviese allí, como si no existiera. Un emprendedor está alerta para identificar oportunidades y aprovecharlas de forma innovadora, proactiva y tomando riesgos calculados, porque está orientado a actuar y a crear nuevos productos, procesos o servicios. Se habla de un emprendedor cuando comienza a materializar su iniciativa.

Un emprendedor no es el que escribe muchas ideas en una servilleta durante años y años, ni quien confiesa a sus amistades en la intimidad que aún “lo está pensando”. Mucho menos lo es la persona que se eterniza en la elaboración de un plan de negocio tan “perfecto” que nunca llega a terminarlo o a presentarlo. Un emprendedor observa, escucha y pregunta mucho; mientras que a la mayoría le da miedo preguntar. Hay gente que siente vergüenza de preguntar, como si se dijese,

por ejemplo, “lo mejor es que nadie se entere de que no sé qué es un producto mínimo viable”.

En verdad no es fácil ser un emprendedor. Hay que concentrarse en la idea base, enfocarse y cumplirla, comprometerse con su ejecución. Es el único modo como un emprendedor potencial adquiere el estatus de emprendedor verdadero.

Parte importante de la investigación aborda el fenómeno del emprendimiento desde la visión del emprendedor y sus características más notorias, así como de los factores que intervienen en sus etapas previas. Pero la naturaleza de los tiempos modernos hace necesaria una aproximación de carácter holístico, como el enfoque de competencias.

Al ser el emprendimiento una conducta observable tiene sentido hablar de la competencia emprendedora y sus componentes. Es recomendable que la medición y el análisis del perfil del emprendedor, con los elementos que influyen en su comportamiento, sean articulados y estudiados en función de las dimensiones de la competencia. No es conveniente considerar por separado estos elementos, sino como un conjunto integral que refleje el enfoque multidimensional del emprendimiento.

Los emprendedores poseen atributos que se repiten con independencia del país (entorno) donde vivan y de las características de la iniciativa que llevan a cabo (emprendimiento). La interacción de estos atributos se conoce como competencia emprendedora, y puede definirse como la combinación idónea de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que se manifiestan en la ejecución de una serie de comportamientos contextualizados y orientados a la creación de iniciativas sostenibles a partir del aprovechamiento de oportunidades beneficiosas para el emprendedor y competitivas para diversos actores. La competencia emprendedora está configurada por tres dimensiones: 1) conocimientos (saber conocer), 2) habilidades (saber hacer) y 3) actitudes y valores (saber ser y saber convivir). Estas dimensiones están integradas por veinte atributos o características.