¿Es posible adquirir atributos emprendedores en edad adulta?
¿ES POSIBLE DIFERENCIAR A UN EMPRENDEDOR DE QUIÉN NO LO ES?
La habilidad para descubrir y desarrollar oportunidades suele considerarse una de las características más importantes en el perfil de un emprendedor […]
¿QUÉ ES LA COMPETENCIA EMPRENDEDORA?
A casi nadie causa extrañeza oír: “Todos somos potencialmente emprendedores”. Esta frase sugiere que cualquier persona, en cualquier parte del planeta, puede ser emprendedora […]
¿EMPRENDIMIENTO: SER O NO SER?
El término “emprendimiento” se halla tan en boga que, con frecuencia, es empleado para designar cualquier actividad digna de atención; sea porque resulte simpática, guste mucho o produzca dinero […]
La respuesta es sí y no; algunos sí, pero otros no. ¿Por qué? Porque algunos de los atributos relacionados con habilidades, actitudes y valores necesitan ser estimulados desde edades tempranas. Para emprender no es necesaria la coincidencia en una misma persona de todos los atributos; de hecho, estudios realizados con emprendedores exitosos muestran que rara vez concurren todos. Sin embargo, se ha encontrado que once de los atributos son esenciales (ningún emprendedor puede prescindir de ellos). Los otros nueve pueden ser aportados por miembros del equipo emprendedor. Desde el punto de vista de la competencia emprendedora, ¿qué sería lo más conveniente y recomendable para un emprendedor? Identificar las características que no posee ―o que tiene en grado mínimo― y procurar la formación de un equipo de colaboradores que pueda complementarlo.
Existen diversos métodos para evaluar emprendimientos; la mayoría se estructura a partir de los elementos de un plan de negocios. No abundan los métodos centrados en la medición y el análisis integral de los atributos del emprendedor; tampoco los instrumentos de valoración objetiva de la competencia emprendedora de las personas que participan en un emprendimiento. De allí la utilidad de un modelo que permita a gobiernos, organismos multilaterales, inversionistas y empresas realizar una mejor selección de los emprendedores beneficiarios de fondos de ayuda crediticia y asesoría tecnológica.
Es necesaria una evaluación que vaya más allá del análisis de viabilidad operativa y financiera del plan de negocios ―que es importante― para sumar información relevante acerca de las características personales y las capacidades profesionales del emprendedor y su equipo de trabajo, con el objeto de reducir los costos de búsqueda y los riesgos asociados con la selección; todo ello en aras de elevar, significativamente, el desempeño económico y social de los países y las comunidades.
Los muchos y constantes retos que deben enfrentar los emprendedores condicionan la actuación de la persona y su impulso emprendedor. En el caso de entornos hostiles, su marco institucional, económico y social complica y ralentiza muchas de las gestiones legales y administrativas que debe seguir una persona para llevar adelante un emprendimiento, lo que en muchos casos llega a ser agotador y desmotivador. Estos escenarios solo pueden ser superados por el grado de competencia emprendedora del individuo. Quienes impulsan un emprendimiento saben que les espera un camino con recovecos plagados de fracasos, retrocesos y sacrificios; pero también que pueden cosechar muchas satisfacciones, no solo para ellos, sino también para su entorno y para la tarea común de diseñar un mejor modelo de país.
Con lo anterior se desataca que es perfectamente posible tener una actividad que no sea un emprendimiento, llevada a cabo por una persona que si sea emprendedor y podemos tener una persona que no sea emprendedora, participando en un emprendimiento.